Rinconera.
Señora de los ángulos entre las paredes.
Estoy en el último espacio de la casa, esperándola.
Donde nunca tienen luz, donde se elabora el polvo,
donde no llega la escoba ni la aspiradora;
estoy esperándola.
En el santuario de las eternas telarañas,
en el barrio bravo de los escarabajos y los ratones,
en el suburbio de las multimillonarias cucarachas;
estoy esperándola.
Rinconera.
Señora de los ángulos entre las paredes.
Estoy en la última escuadra múltiple,
en el último lugar del mundo,
en la última frontera de sus dominios,
en el último refugio romántico de los salones;
estoy llamándola, esperándola.
Rinconera.
Señora de los ángulos entre las paredes.
Cuando este amor acabe
con violencia o diplomacia,
en un día o en un mes o una semana:
no deje piedra sobre piedra
en mi corazón de muro.
Destruya todos los rincones del planeta
para no seguir llamándola, esperándola.
Señora de los ángulos entre las paredes.
Rinconera.