Solamente quiero engañar al tiempo.
Detenerlo en un palmo de tu piel.
Tenerte de nuevo en mis sentidos.
Cómo no sonreír a la vida o al destino
por la intimidad que compartimos.
Con un beso quise que probaras
tu sabor de humedad y sombra.
Ahogabas entonces un gemido
y el plumaje de ángel elemental
consagraba tu febril estructura.
Suponía la magia y el asombro,
pero no la dulzura de tu entrega.
Quiero decir que no es lo obvio,
no es nada más lo que mis manos
saben o las caricias que faltaron.
Fue entrar en ti de alguna manera
y mirarte desde adentro, sin dudas,
sin palabras, sin barreras.