Por ti, sin ti, por tu promesa,
cómo duele el parque
cuando mis ojos y los niños
se encuentran.
En cada niño apareces
preguntando tu nombre.
En cada niño juegas tú,
llorando en mi garganta.
En cada niño esperas a
ser deseado, bienvenido.
Cómo duele decirme hombre
cuando no te merezco
todavía, cuando imagino
tus gritos y tu sueño.
Cómo duele seguir así,
pensar que es mejor así,
que no llegaras -pequeñito,
pequeñita- a cambiar mi vida.
Un día, menos triste
a estos días, cuando la cuna
de oro y la charola de plata,
cuando la casa y el cuarto
azul o rosa, cuando la luna,
cuando dios, cuando ella y yo,
cuando estemos preparados
podrás venir sin duda,
bendecido, a curar mi alma,
a evitar mi llanto,
a entregarme el mundo.
podrás venir sin duda,
podrás venir sin duda,
podrás venir sin duda.