Atormentada y triste,
como las nubes grises
esperando a caerse en lluvia,
a deshacerse en llanto.
Funeraria y triste,
con tu boca transparente
sorbiendo la indecisa luz
de las desveladas veladoras.
Escondida y triste,
como un tesoro pirata
enterrado en la arena legendaria
de la Isla de La Muerte.
Adorable y triste,
como los nomeolvides
o las manzanas recién
lavadas en la ensalada.
Apasionada y triste,
irremediablemente triste,
vagabundamente triste
como un planeta solitario,
lunarmente triste
como los callejones y los gatos,
estrictamente triste
como una cuartilla a doble espacio,
triste, terriblemente triste
como mis manos sin ti, triste,
enamoradamente triste.