Estoy peor de lo que te imaginas.
No puedo continuar esta batalla
de suponer las cosas que me callas,
de confesar aquello que adivinas.
Los secretos, historias censuradas.
Los confidentes, malos periodistas:
confunden a las musas con artistas.
Las noticias, mentiras calculadas.
A mi pesar, anhelo el dulce engaño
de probar en tus labios entrenados
un deseo fingido pero bien actuado.
Casi todo es ficción, impostura.
El amor es eterno mientras dura
la farsa, el recuento de los daños.