Rayuela

Si nada más aquí, en estas páginas,
dieras vueltas como una desenfrenada.
Si no fueran tan lentas las máquinas
del telón sangriento de la madrugada.

Quiero decir que tengo disponible todo
el universo cuando comienzo a escribir,
pero mi memoria necia encuentra el modo
y hace con tu cuerpo desnudo un souvenir.

Adónde va el amor cuando ya no va.
Adónde huyen los besos que no damos.
Cuál será la casilla que nos salvará.
A qué estamos jugando sin tocarnos.

Agonizo si cada salto es uno de fe.
La impaciencia es un tigre blanco.