cuánta sensación de pérdida
puede disimular el ácido
sarcasmo que corroe algo más
que tu cuerpo frío y violento
absurdamente blanco
inesperadamente nuevo
reinaugurado por accidente
por no dejar
por recordar
las caricias
y el aliento
y el ritmo de aquel marinero
que quién sabe dónde está
cuántos tratados de metafísica
serán necesarios para entenderte
y descubrir por fin todo el atractivo
que por alguna razón encierras
y disfrazas seriamente de negro
o de ironía flexible
o de odio apuntalado contra el corazón
de quién carajo te defiendes
si ya nos venciste a todos
rehilete de furia
estrellamar rabiosa
y condenada
y sola