Filósofa

No creas en la exclusividad del amor, decía.
Tus celos son irracionales y necios, mentía.
El amor no es un proyectil único y objetivo
atravesando completamente dos corazones.
El amor es un terrorista loco disparando
ráfagas de balas en todas direcciones.
El amor es simultáneo a los quehaceres de la vida.
No dejas de amar mientras comes o trabajas
o descansas. Entonces, ¿por qué ibas a dejar
de amar mientras amas?…

(y explicaba
y explicaba
pero yo no
entendía nada,
suspendido
continuaba
contemplando
su cara
concentrada)

…El amor es de todos y para todos.

Reflexionando de esta manera me dedicaba
una de esas desarmadoras sonrisas suyas
para curar mi orgullo herido
cuando besaba a todos como una carambola
o se enredaba en una voltereta de carne
con su novio del domingo.

Y aunque me esforzaba yo no comprendía su filosofía:
ella, propagandista del amor, catedrática del deseo,
para mi sólo reservaba meditación, palabras y teoría.