Como reptil pesado buscando amor bajo las piedras,
lleno de raíces y sales oscuras y tierras húmedas de energía,
continúo en la grave gotera de mi alma
enumerando reflejos, botellas rotas, huesos, semillas,
túneles, lombrices, heridas, parches, huellas, cicatrices.
Como charco improvisado coleccionando imágenes,
conseguido apenas, recreado siempre en agua sucia y superficie,
paralelo al sordo rumor de las mangueras,
caigo gritando junto a los limones mi alegría
de participar en el fresco acontecimiento del lodo.
Como criatura terrestre ajena al cielo, sin añoranza
de plumas o vuelos circulares, recorro el imperio de los
seres minerales sin encontrarte, caracola en espiral,
bocina de muerte, germen, dulzura de pan, harina,
si llegaras a oír lo que no alcanzo a decirte.