culpables

la culpa es de los dos
por enamorarnos
distraídos
de repente
en cinco o seis miradas
al primer beso
después de una semana
en la novena noche
en la innumerable cama

la culpa es tuya y mía
por enamorarnos
a ciegas
suponiendo
posible un gran amor
perfecto sin fallas
ni escondites ni esquinas
un amor cien por ciento
amor sin rosas ni espinas

la culpa es de ambos
por enamorarnos
vestidos
prisioneros
del saco y la corbata
de la falda y los tacones
del camisón y del piyama
haciendo el amor a gritos
con la puerta cerrada