Tu corazón, ambigua referencia,
puedo imaginarlo como yo quiera:
Dos pares de labios que no besan.
Rosa de sombra austral y húmeda.
Aroma oscuro, dulzura genital.
Fragancia escondida y narcótica.
Caverna donde el eco del placer habita
en rocas suaves y musgo penetrado.
A veces oasis, a veces espejismo.
Manantial que brota desde el abismo
inmenso de tus muslos acantilados.
Voy a abrir tu corazón para partirlo
como un fantasma de epidermis,
como un lobo rencoroso y hambriento.
Voy a llorar dentro de ti, estremecido, pero contento.
Tu corazón, huracán de saliva y pelo.
Volcán secreto, lago de piel, me hundo contigo y tiemblo.