Era tan arcoíris creer en ti sin duda
Tan lluvia la miel del manantial de tu lascivia
Tan sol esa sonrisa que exhibías con malicia
Era tan sueño imaginarte así sin culpa
Tan oro el bochorno sofocando tus mejillas
Tan deseo mi temblor rasgando tus costillas
Era tan amor esta tristeza como alabanza
Tan polvo el resplandor de algunas miradas
Tan hielo todas las agujas de la desconfianza
Era tan crimen tu cuerpo en la distancia
Tan ceniza morir de pie y lejos de tu regazo
Tan montaña y esperando mi reemplazo