Bushido

No merezco la espada ni la armadura,
mis pasos no han seguido el camino.
Igual que una bestia de la literatura,
sin virtud, persigo su rastro femenino.

Por ella, ahora entiendo que el honor
no es lo que me dijeron, es otra cosa.
Por ella, cada noche soy un embajador
en su piel, el guardián de una mariposa.

El deseo es más filoso que esta katana.
Su indiferencia ignora mi sobrehumana
paciencia, que es un arma de porcelana.

Quiero decir que guardo gestos y suspiros
que han sido sólo para mí, ciertos giros
y temblores que no le dejan a ella mentir.