no sé por qué me atraen
tanto el miedo y el vértigo
que me dejan las piernas
temblando
me das tanto miedo
peligrosa
y tanto vértigo
que acudo al refugio
de tus manos
o tu cabello negro
o tu cuello perfumado
acudo presuroso
mordiendo
tal vez tu hombro
o asustado
y sonriendo
con los ojos
semicerrados
te quiero
de tal modo
peligrosa
que me siento
en caída libre
como en el bungee
o la montaña rusa
y no me importa
porque después de todo
peligrosa
la vida es a veces
como la rueda de la fortuna
subes y bajas
de un momento a otro
y mientras vas cayendo
perdiendo altura
obtienes
casi siempre
una vista maravillosa