Escribo para rasgar tu piel con tinta.
Para tatuar mi deseo en tus costillas.
Si no puedo acariciarte más, recordaré
las noches cuando creí que eras mía.
El amor crece en un nido de mentiras.
Tu nombre transforma a mis pesadillas.
Si no puedo tenerte otra vez, arderé
desnudo en una hoguera de cenizas.
Sigo buscando a la que te sustituya
para fingir que consumo mi venganza.
Pero a todas les falta o les sobra algo,
sus cuerpos son fríos como pan amargo.
No sé cuál es el truco de tu brujería.
Eres dulce y terrestre, pero submarina.