Cuando las musas no funcionan,
cuando los recuerdos no perdonan.
Abandono el convoy de la memoria
mas por cansancio que por euforia.
Entonces busco un hilo, una hebra
en el tejido incalculable de la noche.
A veces encuentro sueños de ginebra,
rock barato, humo, redoble de tambores.
La vida sigue por inercia y gravedad.
Todo gira y se detiene poco a poco,
ni el amor desobedece a la relatividad.
Si yo he podido escaparme de sus ojos
cuánticos que me retenían sin remedio,
seguro que cualquiera también lo hará.