Para Alejandro Aura
De Teloloapan a Alcoy,
de Coyoacán hasta Alicante.
Más poeta que cantante,
el Hijo del Cuervo no soy.
Podría visitar el parque
de la paloma violeta.
Los mutantes en la glorieta
no pagamos embarque.
Asombro y curiosidad
por los abuelos de mi sangre,
ni guerra ni hambre
los partieron por la mitad.
Sin embargo nace un asesino
entre palomas blancas.
Un criminal junto a una santa,
un suicida azul marino.
Tengo un alacrán en la garganta
y a España en el corazón.
El primero envenena mi perdón,
la segunda sólo canta.