Yo era apenas el esbozo de una criatura,
pero tu indiferencia y tu abandono
formaron al monstruo, a mi caricatura.
Mientras repito tu nombre aprendo
a cambiar las súplicas por maldiciones.
Si antes anhelaba tu luz, hoy remiendo
harapos para cubrir mis decepciones.
¿Por qué hiciste esto de mí, si no ibas a quererme?
¿Cómo has hecho para borrarme de tu piel,
si mis manos y mi boca lograban estremecerte?
Yo todavía no sé cómo estoy vivo,
si soy algo que formaste de varios hombres.
Son los celos de un ego primitivo
las cadenas que arrastro por tus traiciones.
